Chile es conocido como un país forestal, dispone de 15,9 millones de
hectáreas de cobertura de bosques y plantaciones, lo que equivale a aproximadamente
un 20% de la superficie del país; además cuenta con una industria que produce anualmente
cerca de 7 millones de m3 de madera aserrada. Sin embargo esto no se ha
traducido en un uso masivo de este material en la construcción.
En la última década el porcentaje de viviendas construidas con
estructura de madera ha variado entre un 12% y un 19%; muy por debajo de otros países
con una importante industria forestal, tales como Australia, Canadá, Finlandia,
Suecia, Estados Unidos y Nueva Zelanda, donde la construcción con madera se
mueve entre un 65% y 95%.
Para entender en parte esta situación, quisiera compartir en forma
breve 3 puntos claves que explican en gran medida la razón por la cual en
nuestro país no se utiliza la madera en forma masiva como alternativa para
construir; esto basado en conclusiones obtenidas de algunos proyectos I+D desarrollados en Chile, sumado a la experiencia que he podido obtener
como profesional en el área.
1. Falta de especialización de los profesionales de la construcción.
Ingenieros civiles, arquitectos, constructores
civiles e ingenieros en construcción, poseen una formación muy escasa
respecto a diseñar, especificar y construir en madera, lo que ha llevado a un
desconocimiento del uso eficiente de este material y sus productos derivados.
Los actuales planes de estudio de estas carreras entregan una formación
muy sólida respecto al uso, diseño y construcción con acero y hormigón,
dedicando cursos y laboratorios en diferentes niveles. Por otro lado, no es
común ver cursos asociados al diseño y construcción en madera, y si los hay,
son cursos electivos que en ningún caso se comparan en cantidad de horas
teóricas y de laboratorios a la formación entregada en acero y hormigón. En países
desarrollados, por ejemplo EEUU, los profesionales poseen una sólida formación
para diseñar y construir con los tres materiales: madera, acero y hormigón.
Esta situación fue diagnosticada por Fundación Chile el año 2000,
identificando que el desconocimiento en la formación universitaria de los
profesionales encargados de proyectar, calcular y construir edificaciones, es
uno de los problemas más recurrentes en el mal uso de la madera en la
construcción.
Esto lleva a que en el país exista una dicotomía: nuestros
profesionales son capaces de construir grandes obras de ingeniería, como
puentes y rascacielos; sin embargo, en muchos casos no son
capaces de calcular y especificar una vivienda social de madera en forma clara.
Propuesta de rascacielos de madera en EEUU, una alternativa sostenible a los edificios de acero y hormigón. Fuente: www.plataformaarquitectura.cl |
2. Falta de una certificación para la madera estructural y productos derivados.
Países con alto uso de la madera en la
construcción, han masificado su utilización en base a marcas de calidad
respaldadas por sistemas de certificación (ISO/CASCO), entregando al mercado un
producto estandarizado y de propiedades aseguradas por organismos de
certificación competentes (ISO 17065).
En el mercado nacional la madera se
comercializa “a granel”, sin una especificación clara sobre sus características,
lo que transforma a este material en una “caja negra”
para los ingenieros, arquitectos y constructores; ya que diseñarán,
especificarán y construirán con un material del cual se desconocen todas las
características necesarias
para su uso seguro y confiable.
Por esta razón, la
madera siempre debe presentar una “marca de calidad”, la cual se aplica a todas
las piezas que se produzcan en los aserraderos y que cumplan con los requisitos
de calidad deseados. Además esta marca de calidad permite su correcta
trazabilidad en el mercado.
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Certificación de madera estructural en el mercado canadiense. Fuente: González, M. 2013 |
Nota: Ver artículo anterior sobre "Certificación de la madera estructural"
3. Percepción de los clientes
finales, mandantes, empresas bancarias y aseguradoras.
Existe una percepción generalizada del común de las
personas de que la vivienda de madera es una solución habitacional transitoria,
construida con materiales de mala calidad, lo que lleva a atribuirle poca
seguridad, durabilidad y menor estatus en comparación con las viviendas de albañilería
o concreto. Del mismo modo, esta percepción se encuentra instalada en empresas
inmobiliarias, que actúan como mandantes de proyectos de construcción, y en
entidades bancarias y aseguradoras, las cuales consideran a las construcciones
en madera como edificaciones de baja tasación comercial y de alto riesgo para
ser aseguradas.
Sin duda, lo descrito en el párrafo anterior
es producto de una desinformación importante de estos actores del mercado de la
construcción, evidenciando un desconocimiento técnico sobre las características
y beneficios de construir con madera, entre los cuales se encuentran: buen comportamiento
frente a los sismos, altos estándares de bienestar habitacional y confort
térmico para sus moradores, buen comportamiento frente al fuego, larga vida útil
(diseños correctos sobrepasan tranquilamente los 50 años), construcción de un
alto estándar de sustentabilidad y eficiencia energética.
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Viviendas de alto valor con estructura de madera en el mercado de EEUU. Fuente: National Association of Home Builders |
Referencias:
- Informe Final. Proyecto “Plan de Desarrollo para la Industria de la
Construcción en Madera. Fundación Chile, 2000.
- González, Marcelo. 2008 . “Bienestar habitacional y eficiencia energética de viviendas sociales
industrializadas en madera”. Memoria de título.